Biografía Sensei Akamine

Sensei Akamine

La vida de Sensei Akamine entrega muchas enseñanzas al camino del Karateka. En esta sección se escriben diversos párrafos que nos muestran pasajes de su historia, su arte y sus vivencias.

akamine

En recuerdo de Sensei Akamine,
en el día de su natalicio,
14 de Mayo de 2004
Álvaro Bustamante Escayol
Dojo Sanchin.

Versión de Álvaro R Bustamante Escayol
Dojo Sanchin
Julio 2011

Seiichi Yoshitaka Akamine nació en el barrio de Izumizaki, ciudad de Naha, isla de Okinawa, Japón, el 14 de Mayo de 1920, en el seno de una familia tradicional Okinawense. Se dice que su abuelo, siguiendo ancestrales tradiciones, ritos y ceremonias, habría preparado al recién nacido de una manera muy especial para ser un hombre muy fuerte y sobresaliente.

Siendo el menor de seis hermanos, fue el único que se dedicó a la práctica de las artes marciales. Así, a la edad de cinco años se inicia en la práctica de estas guiado por su abuelo quien habría tenido origen Samurai (Bushi). El fue su primer maestro a quien Sensei Akamine tenia en gran estima e importancia.

Se afirma que fue en esos años cuando Sensei Akamine junto a su padre y abuelo, al igual que muchas otras familias okinawenses habrían emigrado de su natal Naha a la isla grande de Japón en busca de mejores condiciones de vida y educación, específicamente a la ciudad de Kawasaki. Sensei entonces se desarrolló como un típico niño japonés, aprendiendo el idioma y las costumbres japonesas, logrando adaptarse muy bien a la cultura y costumbres del Japón.

Se dice que siendo aun muy joven Sensei Akamine habría iniciado su entrenamiento de Karate-Do con los destacados profesores de Shorin Ryu Chomo Hanashiro (1869-1945) Kentsu Yabu (1866-1937) y Chotoku Kyan (1870-1945), todos maestros de Shurite.


Sentados los Maestros:
Chotoku Kyan, Kentsu Yabu, Chomo Hanashiro, y Chojun Miyagi.

Posteriormente Sensei habría iniciado su aprendizaje de Goju Ryu con el maestro Kanki Izumikawa (1909-1967) quien a su vez le habría presentado al maestro Seiko Higa (1898-1966) segundo del maestro Chojun Mijagi y alumno de Kanryo Higaona en su adolescencia.

El Dojo de Kanki Izumikawa estaba en Kawasaki y era un tradicional lugar de encuentro para numerosos Karatekas de la época. El Dojo del maestro Seiko Higa funcionaba en su hogar, y se afirma fue en este lugar donde Seiko Higa desarrolló sus propias ideas, conceptos, y expresiones del Karate-Do que más tarde influenciarían considerablemente a Kanki Izumikawa y a Sensei Akamine.

Katsuya Izumikawa, hijo de Kanki Izumikawa Sensei, recuerda que su padre le contaba cómo junto a Sensei Akamine y a un tercer alumno, quien más tarde llegó a ser médico, caminaban todas las tardes rumbo al Dojo de Seiko Higa, compartiendo en forma diaria y exclusiva, los entrenamientos y enseñanzas del destacado maestro. Las prácticas eran muy intensas y duraban hasta el anochecer, relata.

De esos entrenamientos nació una profunda amistad, admiración y respeto entre Izumikawa Kanki y Akamine Seiichi, que se mantendría mas allá del tiempo y del espacio.


Seiko Higa Sensei en su Dojo

Sensei Akamine habría recibido entonces de manos del maestro Kanki Izumikawa el reconocimiento de 1er. Dan a los 16 años; el 2do. Dan a los 18 años y el 3er. Dan a los 20 años. Dos años después a la temprana edad de 22 años recibió esta vez de manos de su maestro Seiko Higa, el 4to. Dan.

Posteriormente, a la edad de 35 años(1955) Akamine Sensei recibió el 8vo. Dan de la organización Budo Kan. Algún tiempo después, la organización de Kanken Toyama le habría reconocido su grado y la Nippon Butoku Kai avaló ambos.

Sería de las practicas en la escuela Goju Ryu del maestro Seiko Higa y Kanki Izumikawa desde donde el maestro Akamine habría incorporado a su propia escuela practicas básicas tradicionales con las que posteriormente en Sudamérica daría forma a los Cinco Katas Básicos de su escuela Kenshin:

Uke godan, Enpi godan, Te-gatana godan, Teisho godan y Tsuki godan.

De la misma escuela de Goju además integró los Katas Gekisai Shodan, Gekisai Nidan, Saifa, Sanchin, Seipai y Tensho.

Paralelo a sus practicas de Goju Ryu con su Sensei Izumikawa y su Maestro Seiko Higa, el maestro Akamine habría mantenido una practica muy cercana e intensa con la escuela del maestro Soko Kishimoto (1862-1945), en especial con sus alumnos Seitoku Higa (1921- ) (primo de Seiko Higa), y con Seiken Shukumine (1925-2001) todos de la línea del mítico y exclusivo maestro Takemura «Bushi» (1814-1896).

De esta línea de practica Sensei Akamine habría incorporado a su escuela los Katas Naihanchi (solo para Uruguay y Brasil), Ryufa (Passai de Takemura) y Kenshin Ryu (Kusanku de Takemura).

Se dice que además, paralelamente Sensei Akamine también habría entrenado intensamente Uechi Ryu, escuela donde habría aprendido los Katas Kansha (Kanshiwa), y Seisan (Pangai Noon) incorporándolos también a su propia escuela en Sudamérica.

Por otra parte el maestro Akamine ostentaba el grado de 7 Dan en Kobudo y se dice que la mayor influencia en este arte (armas) la habría tenido a través del maestro y amigo Shinpo Matayoshi (hijo de Shinko Matayoshi) experto en Kobudo (bo; nunchaku; sai, etc.) quien también en la ciudad de Kawasaki enseñaba en el Dojo de Izumikawa Sensei. Su padre, el famoso maestro Sinko Matayoshi dictaba clases en el Dojo de Seiko Higa Sensei en Okinawa.

Se asegura además que junto a sus intensas practicas de artes marciales y antes de la Segunda Guerra Mundial Sensei entró a estudiar a la Universidad de Tokio (Japón), Rehabilitación articular, Do-In y Shiatsu. Al respecto de sus conocimientos en fisiología, aún se recuerda cómo durante la primera visita del maestro a Chile (1969), impresionó a los médicos presentes por sus exactos conocimientos de anatomía y fisiología humana, describiendo muy claramente órganos y funcionamientos internos.

El joven Maestro

En esos años, recordaba uno de los hermanos de Sensei Akamine, éste era un joven y sobresaliente estudiante de Karate-Do. Poseía un talento natural que se destacaba por su fortaleza y destreza, así como por sus habilidades sensitivas…

El mismo familiar contó cómo, a pedido del propio Sensei, siempre lo trataba de sorprender. Un día, antes de que el maestro regresara a casa, se escondió tras la puerta de entrada para su habitual juego. Pero se llevó una impresión mayúscula, cuando su hermano Seiichi llegó y se detuvo frente a ella. No escuchó más movimiento, y tras un instante de incertidumbre, sintió una mano que le tocaba suavemente la espalda… Era la del joven Karateka que lo había descubierto.


El joven Akamine

La formación marcial de Sensei Akamine

Cuando el maestro Akamine nació en Naha, el «Okinawa-Te» o simplemente «Te» (mano de Okinawa) ya había comenzado a denominarse Karate-Do. Tanto este arte en Okinawa, como las otras disciplinas marciales en Japón, eran reconocidas por todos. Así también, sus maestros tenían una muy buena fama y reputación, gozando del respeto de todos quienes les conocían.

Sensei Akamine contaba que en los días de su aprendizaje de Karate-Do, era común que los estudiantes visitaran y aprendieran simultáneamente de varios profesores. Estos maestros son considerados hoy en día como los creadores, o en su defecto discípulos directos, de quienes estructuraron el camino de la mano vacía (Karate-Do).

Sensei Akamine contaba a sus alumnos cómo sus entrenamientos eran muy intensos, decía que a veces su maestro les hacía entrenar por horas durante la noche en el cementerio… «Se encendían grandes fuegos y practicábamos saltos sobre la fogata durante la noche y a veces hasta el amanecer».

El contexto socio-cultural

Esto, el contexto sociocultural, a mi entender, tiene importancia también en las enseñanzas, y el sentido que se le da desde sus inicios a las artes marciales, en general dentro de valores culturales.

Si logramos comprender el contexto sociocultural en el que Sensei Akamine llegó al mundo y se educó, quizás podamos captar también sus enseñanzas de mejor manera.

Por ejemplo, el concepto de «comunidad’ y «vecinos» que se tiene en el Japón es muy importante, y ser un «mal vecino» es uno de los peores calificativos que un japonés podría recibir. Cada miembro de la comunidad aporta generosamente a los demás. No existe la idea de competencia, sino más bien de ayuda y apoyo mutuo, pues se entiende que la comunidad es un reflejo del todo, un microcosmos en el que lo que uno hace al otro repercute también sobre sí mismo. Todos somos responsables de todos.

Personalmente (1995) vi como en Japón, los niños caminaban a la escuela cada mañana en línea tras el mayor, quien era el responsable del grupo. Al pasar por alguna casa a recoger a otro compañero del barrio, éste espera en la puerta por los demás, para luego ubicarse en la línea de acuerdo a su edad y responsabilidad con su grupo.

En cada esquina observe como vecinos adultos se turnaban periódicamente para cuidar el paso de los escolares, e intercambian guantes distintivos que todos los automovilistas reconocían y respetaban. Así, después de que la línea de niños había pasado por el cruce de caminos asignado, el vecino se sacaba los guantes y retornaba a sus labores habituales, retomando el turno a la salida del colegio.

Es en este «espíritu» en el que a mi entender, no sólo Sensei Akamine, sino la gran mayoría de los maestros japoneses fueron educados.

Creo también importante señalar, que las artes marciales en Japón recibieron en su desarrollo una fuerte influencia de los «educadores» japoneses.

La influencia de los Educadores

El maestro de Sensei Akamine, Sensei Seiko Higa, así como otros respetados maestros japoneses como Jigoro Kano (creador del Judo), Gishin Funakoshi (creador de la escuela Shotokan) entre muchos otros, fueron profesores de escuela que influyeron con su visión educativa en la estructuración de las artes marciales. Sus experiencias y visiones de lo que debe ser la formación de una persona influyeron considerablemente en la enseñanza del Karate-do, por ejemplo en la «metodología» se observa claramente la influencia de los conceptos educacionales tradicionales japoneses que también están presentes, por ejemplo en otras artes japonesas como el método Suzuki para el aprendizaje del Violín. Esta metodología considera el reforzamiento de la virtud y no la «destrucción» del defecto. En otras palabras no se combate el miedo sino que se fortalece el coraje. No se trata de destruir la ansiedad sino que se educa para la calma y la paciencia. Esto es muy importante ya que lo negativo con más negativo se fortalece, es por eso que no se combate el defecto si no que se fortalece la virtud. Esto está claramente reflejado en las enseñanzas de Sensei Akamine cuando por ejemplo dice:

«El miedo es un sentimiento real que existe en todo hombre consciente, pero debe ser superado, esto es coraje».

De esta manera, podemos entender mejor aún el espíritu de los maestros en general, y en especial el de Sensei Akamine. Se pueden observar claramente en su Karate-Do y en sus enseñanzas estos «valores morales», que a su vez, se ven reflejadas en el llamado «Gorin y Gotoku».


Uno de los cuadros «Gorin y Gotoku» del Dojo de Sensei Akamine
(ver «enseñanzas» de Sensei Akamine)

El hombre que ayudaba a las personas

Se dice que fue en su juventud antes de la Segunda Guerra Mundial – aunque no se sabe a ciencia cierta la fecha, el lugar o el nombre- cuando Sensei Akamine conoció, o mejor dicho tal vez, fue reconocido y «escogido» por un sabio Chino no relacionado con las artes marciales.

Ese hombre le transmitió un gran conocimiento, a través del cual, el maestro Akamine llegó a ser una importante fuente de sabiduría, no sólo de Karate-Do, si no que de la vida misma.

A este conocimiento Sensei le llamaba «Kaite» y comprende: Cambio de Nombre, Ciencia de los números. Ciclos de la naturaleza. Cinco elementos. Ceremonias. Simbología y otros.

Usando este método, el maestro ayudó en la vida de muchísimas personas de diferentes países y condiciones, mejorándolas – de manera aún «inexplicable» para la ciencia actual- de enfermedades incurables. También las aconsejaba sabiamente, anticipándoles sucesos que más tarde serían de vital importancia en sus vidas.

Se dice que Sensei fue escogido por este sabio tomando en cuenta «señales» como su nombre y otros signos invisibles a nuestros ojos. De la misma manera el maestro Akamine habría escogido en vida a quién legar este tesoro y sus otros profundos conocimientos.

La segunda guerra mundial

Todo este periodo de intensas practicas y aprendizaje del joven Seiichi Akamine se vería interrumpido por la Segunda Guerra Mundial. Al estallar esta, se dice que Sensei Akamine se enlistó como telegrafista de la Armada y participó en los conflictos bélicos del Pacífico Sur.

Las tristezas y miserias de la guerra dejaron en el pueblo japonés y en él una profunda y lamentable huella. Sensei decía:

«…Non gusta la guerra, crianza sufre mucho…»
…La guerra no le gustaba, los niños sufrían mucho…

Más de una vez, ante la pregunta de alguno de sus alumnos de para qué le había servido el karate, Sensei contaba su experiencia cuando en medio de la guerra, mientras iba en su bicicleta por un camino apartado, un avión enemigo repentinamente se le fue encima tratando de ametrallarlo:

«Fue mi reacción espontánea la que me hizo saltar y rodar lejos fuera del camino lo que me salvó ese día… eso fue gracias al karate…»

…Para mi este es el «Mu-shin» (no-mente) de un maestro…

Como mudo testimonio de la desgracias y violencia de la guerra Sensei tenia producto de un ataque de cuchillo. una pequeña cicatriz en su mejilla izquierda

El regreso a casa


La pequeña cicatriz en la mejilla izquierda de Sensei
se dice es una marca dejada por un ataque de cuchillo
durante la Segunda Guerra Mundial

Tras su regreso a Japón después de la Guerra, se dice que Sensei se establece en la ciudad de Ito (provincia de Shizuoka – isla de Honshu) donde abrió su propio Dojo al que llamó “Shikan”. Este es el nombre corto con el que Sensei fue reconocido en esos años y en los primeros años de su llegada a Sudamérica, posteriormente, cambió este nombre a «Yoshitaka» y dejó de usar el anterior.

Entre los alumnos que el Sensei tuvo en Japón, habría estado el maestro Hideo Tsuchiya (Shudo-Kan). Este es el mismo Sensei que años después, cuando se encontraba de visita en Chile, hizo referencia al joven Roberto Fernández de la Reguera del gran maestro que vivía en Brasil. A razón de dicha conversación, Roberto Fernández habría partido poco después a Brasil en su búsqueda del maestro para invitarle a Chile.

Algunas versiones dicen que durante este tiempo Sensei Akamine, viajaba continuamente a Kawasaki para continuar con sus practicas en el Dojo de Izumikawa Sensei. Allí, en un barrio ocupado mayoritariamente por okinawenses, expertos karatekas compartían y se reunían fraternalmente dándose apoyo mutuo, así actuales leyendas del Karate-Do como Kinjo Hiroshi Sensei fue muy cercano al maestro Akamine y Kanken Toyama Sensei su conocido también.

Con los años todas estas personas se transformaron en grandes maestros del Karate-Do. Un recuerdo de esto es la famosa presentación de Karate-Do de 1950 para la televisión japonesa que se recuerda como todo un hito en la historia del Karate-Do. Junto al maestro Izumikawa y varios de sus amigos y condiscípulos, Sensei Akamine participó también en ella.

Otras Artes Marciales para Sensei

Se asegura también que de la misma forma, Sensei habría viajado en su juventud y aprendido artes marciales en China como el Taichi, llegando a decir Sensei de este que era… «Un arte para los dioses»

También habría estudiado otras artes marciales japonesas como Judo y Kendo, transformándose en un verdadero experto en el uso de la Katana.

El karate como deporte

Sensei Akamine contó cómo junto a otros maestros, luchó por formar las primeras organizaciones para promover el Karate-Do en Japón. También la manera en que poco a poco se fue desilusionando de éstas, así como de las personas ligadas a estas instituciones. La razón era la avidez al dinero y al poder que se tenía acceso en las organizaciones, y al interés que había en transformar el Karate en un deporte.

Es un hecho que Sensei Akamine y la gran mayoría de los maestros de la época, muchos creadores de estilos y escuelas, estaba en profundo desacuerdo con este último punto en especial. Sensei Akamine consideraba que al transformar el karate en un deporte, se le despojaba del «Do» o espíritu invisible con el cual este arte fue creado y nunca estuvo de acuerdo en que en su escuela se practicara el karate deportivo.

La llegada a Sudamérica

Seiichi Yoshitaka Akamine, ya convertido en un maestro y reconocido con el 8º Dan por la Butokukai, buscando una mejor calidad de vida para su familia, emigra hacia Sudamérica.

Esta decisión fue tomada en parte por un profundo desacuerdo con las miserias que trajo la guerra, el sistema imperial japonés, y los cambios que se le impusieron a Japón tras su rendición.

Tras cruzar el océano en buque, el 12 de agosto de 1958 llega a la ciudad de Santos (Brasil) invitado por las colonia japonesa establecidas en esta ciudad. Se transformó así en el primer gran maestro de Karate-Do en llegar a Sudamérica.

Al año siguiente 1959 se radica en la ciudad de San Pablo y es designado Director Técnico de la Asociación Brasilera de Karate, pasando a dar clases en un subsuelo de un pequeño local de la calle Tabatingüera . Reconocida y apreciada su maestría, comenzó a dar clases en un principio sólo a los miembros de la colonia japonesa. Poco después recibió a los primeros alumnos brasileños y extranjeros.

Se dice que en estas escuelas, Sensei llegó a tener más de mil alumnos, algunos incluso 5tos Danes. Muchos de los actuales maestros que hoy enseñan en Brasil fueron alumnos directos de Akamine Sensei, o en su defecto discípulos de quienes aprendieron de él.

En su escuela, el maestro enseñaba el sistema creado por él en Japón «Shikan» y que estaba basado en el Goju Ryu de la línea de Seiko Higa Sensei, el Shuri Te de la línea de Kishimoto Sensei y el Kobudo de Shinko Matayoshi Sensei, además de la influencia de otros maestros chinos y japoneses, sus propias ideas y Kaite (ciencia de los nombres y números).

Los Katas que habría enseñado en esos días eran:

Katas básicos: Uke Godan – Empi Godan y Tsuki Godan y luego había agregado dos Katas básicos de su propia creación: “Te Gatana Godan y Teisho Godan”.

Katas avanzados: Gekisai Shodan – Gekisai Nidan – Saifa – Naifanchi – Sanchin – Seonchin – Ryufa – Tensho – Seipai – Kusanku o Kosukun.

Lamentablemente en el año 1964, y muy desilusionado, el maestro Akamine se retira de esta institución, debido a profundos desacuerdos en el manejo administrativo, filosófico y “maniobras legales”, que a sus espaldas llevan acabo algunos de sus alumnos de mayor grado, y hasta entonces de su confianza para legalmente apoderarse de dicha organización.

Sensei se retira así por un tiempo de la enseñanza pública del karate.

En el mismo año 1964, Sensei Akamine apoyado por sus mas cercanos se reúne en la calle Barao de Ladario con algunos de los alumnos de mayor confianza, entre ellos Nobukaso; Mogi; Tadao Saito y Pa Chi y decide oficializar la organización Kenshin-Kan Karate-Do.

“Kenshin-Kan fue creada por mí. Me inspiré después de la Segunda Guerra Mundial. Ken significa pureza y fuerza y Shin corazón; es decir , se refiere a alma pura o pensamiento sincero, todo lo que es pureza”
(Extracto de entrevista a Sensei Akamine por “La prensa Austral”. Punta Arenas, Chile. Lunes 16 de Abril de 1984.)

Kenshin-Kan

Kenshin Brasil

La «Kenshin-Kan Karate Do» nació en Sao Paulo, y al poco andar reunió a antiguos alumnos del maestro y a otros recientes, que a partir de entonces comenzaron a sembrar y hacer historia en diferentes países.

En Brasil, la gran mayoría de quienes habían sido sus alumnos emigran a otras escuelas permaneciendo fieles a él muy pocos alumnos. Se destacan sus amigos y alumnos anteriormente mencionados Sensei Tado Saito, Sensei Nabukasu y Sensei Mogi.

La escuela del maestro en Brasil por motivos de registro de nombre se llamaba en Brasil «Ken In Kan». Sensei decía que esta escuela era de alguna manera predecesora y que ayudaría en el proceso de dar forma a la definitiva Kenshin-Kan.

Ken In Kan estuvo por muchos años a cargo de su yerno, Sensei Hidekasu Oshiro. Posteriormente Sensei Oshiro se desvinculo de la escuela del maestro y se unió a la escuela Goju Kai de Japón.

También un Sensei chileno de otra escuela de Karate visito y tomo clases con el maestro Akamine en esos años en Brasil y que aunque fue alumno del maestro Akamine (a fines de los 60) por un periodo muy corto, se refería muy bien de él, el profesor Enzo Ramírez, me dijo del maestro …

«Yo lo vi. como un estudioso del karate-do, algo así como un científico, un profesor de Educación Física, un investigador de los efectos que la práctica de determinados ejercicios tenía sobre las personas. Y estudiaba como mejorarlos para lograr el efecto deseado…»

Al respecto, Sensei Akamine en la década de los 60 le entrego al mismo profesor Enzo Ramírez el nombre Kenju Kan para que formara una escuela de Karate-Do en Chile. Actualmente la Kenju Kan es una escuela internacional de Goju Ryu dirigida desde Australia por el Sensei chileno de Goju Ryu, Alexander de Araya quien era amigo y condiscípulo de Enzo Ramírez en Chile en ese tiempo. Fue Alexander de Araya quien años después decidió usar para su propia escuela el nombre que diera el maestro Akamine al Sensei E. Ramírez. (El Sensei Alexander de Araya y la Kenju Kan actualmente no tiene ninguna relación con el linaje de Sensei Akamine).

Kenshin Uruguay

En el año 1962 el maestro Akamine viajó a Uruguay por primera vez y en el año 1966 inaugura su escuela Kenshin Kan de Montevideo con el alumno Carlos Rius – Sensei Pa Chi- como el representante de su escuela en Uruguay a quien entonces le otorga el grado de 5 Dan.

En el año 1988 por indicación del mismo Maestro Akamine la escuela de Sensei Pa Chi continuo su desarrollo ahora bajo el nombre de Toku In Kan – organización ésta también creada por el Maestro Akamine en el año 1979 – al frente de la cual dejo al Sensei Juan Carlos «Pa Chi» Ríus.

En la actualidad y después del lamentable fallecimiento de Sensei Pa Chi (2011) le continua su discípulo directo Sensei Fernando Prieto. La escuela Toku In Kan mantiene su sede principal en la ciudad de Montevideo, Uruguay y se ha desarrollado a través de sucursales en España, USA, Argentina y también como miembro de la JKF Goju Kai.

Kenshin Chile

Después en 1969 Sensei vino a Chile, y permaneció por espacio de un mes dando clases diarias. A su partida dejó instituida la escuela Ken-Shin-Kan en nuestro país, y a los hermanos Raúl y Roberto Fernández de la Reguera como los representantes de entonces para Chile.

En la actualidad esa escuela se llama Ken-Shin-Kan Goju Ryu Karate Do y es una escuela dirigida por los Sensei Raúl y Roberto Fernández de la Reguera. Su sede central se encuentra en Santiago de Chile. Mantiene filiales en Uruguay, Argentina, Paraguay, Brasil, Honduras, USA, España y Australia.

Por otro lado el alumno y discípulo chileno directo de Sensei Akamine, Francisco Kamann por indicación del propio maestro forma de manera independiente a fines de los años 80 una pequeña y privada escuela de Karate-Do y le da también por indicación del maestro el nombre de: Escuela autónoma Francisco Kamann. Esta pequeña y privada escuela se ha mantenido así, y ligada cercanamente a la guía, indicaciones y enseñanzas del maestro Akamine desde entonces y hasta hoy.

…… …. ……

Continuando con nuestro relato, Sensei Akamine radicado en San Pablo comenzó a recibir a sus alumnos en forma periódica, a quienes instruyó en su estilo, esta vez un tanto diferente del enseñado con anterioridad. La base de sus enseñanzas seguían siendo el Goju del maestro Seiko Higa y Sensei Kanki Izumikawa; el Shurite de la escuela del maestro Kishimoto y los Sensei Seitoku Higa y Seiken Shukumine; y agrego esta vez Katas de Uechi Ryu del maestro Kambun y mantuvo el Kobudo de la línea de Matajoshi Sensei.

Así, los Katas que habría definido Sensei Akamine entonces para su escuela Kenshin de Chile fueron dieciséis (16). Estos quedaron simbolizados en su insignia Kenshin en los dieciséis (16) rayos dorados que posee su insignia y que representan las enseñazas de los antiguos maestros. Estos 16 Katas en el orden de practica y enseñaza original son los siguientes:

Uke godan – Enpi Godan – Te Gatana Godan – Teisho Godan – Tsuki Godan – Gekisai Shodan – Gekisai Nidan – Kansha – Saifa – Sanchin – Seonchin – Ryufa – Seipai – Tensho – Seisan y Kenshin Ryu.

Entonces su escuela comenzó a desarrollarse muy sólida y luminosa en todas partes. Corrían los años setenta y en Chile, la Ken-Shin-Kan se consolidaba lejos como la más grande e importante del país.

Pronto el número de Cinturones Negros superó los cien. La escuela crecía en prestigio, camaradería y valores morales.

Al mismo tiempo, el maestro Akamine aceptó recibir a sus nuevos alumnos chilenos. Muchos de ellos viajaron a Brasil en varias oportunidades para conocer al maestro en una forma más humana. La impresión que en muchos dejó fue similar…

Sensei el Ser humano y persona

Sensei era una persona sumamente sencilla, de apariencia y trato amable, un hombre cordial y sincero. Los karatekas que iban a conocerle se encontraban con un maestro que no parecía tal ni quería parecerlo, muy por el contrario…

Tenía un sentido del humor muy especial, lleno de picardía e inocencia. Era respetuoso de las creencias y gustos de los demás. Poseía además una refinada faceta artística, que expresaba a través de espléndidas pinturas de acuarela.

Quizás uno del los aspectos de mayor importancia en la vida del maestro, y que de alguna manera nos habla de su persona, es el gran valor que daba a su familia. Quería que todos sus hijos estudiaran y fuesen profesionales occidentales. Se sentía orgulloso de ello, y le daba un valor muy grande también a la familia de sus alumnos. Continuamente les repetía la importancia del hogar para un guerrero, decía que era como su castillo.

En su hogar, Sensei era un gran anfitrión. Disfrutaba invitando a cenar «abundantes» comidas que a veces él mismo preparaba. Cuando sus visitas se retiraban, las sorprendía con regalos para sus familias. Disfrutaba con el asombro de un niño los presentes de sus alumnos, principalmente los que tuviesen algún significado especial, preguntando siempre acerca de su procedencia.

Como dije antes, Sensei Akamine era una persona normal, común y corriente. No le gustaba que lo endiosaran, muy por el contrario… Cuando sus alumnos chilenos le llamaban «Shihan» (maestro), decía que aún le faltaba mucho para eso, que:

«sólo su maestro era un verdadero Shihan… él era Sensei».

Tampoco eran de su agrado las grandes organizaciones para el karate. Según él, este arte ayudaba en la vida, para tener una mejor familia y progresar en los estudios y el trabajo.

Siempre fue claro al manifestar que:

«No importa cuán diestros y aguerridos seamos en nuestras prácticas, si nos olvidamos de nuestros antepasados».

También explicaba cómo el karate mejoraba la salud y que ésta era importantísima.

Le gustaba la alegría y la acción por sobre la indecisión. Decía que la vida del hombre era un misterio, pero que existía un porcentaje que podía ser ayudado. Quería que nos ayudáramos a nosotros mismos, en vez de sentarnos a esperar que lo hicieran por nosotros. Nos aconsejaba que fuésemos valientes pero cuidadosos, y que los alumnos de su escuela debían ser unidos como hermanos.

Sensei era un ser humano como todos con virtudes defectos, y eso es lo que lo hizo tan especial, ya que sin dejar de ser una persona común y corriente, logró llegar muy lejos en sus conocimientos. Los perfeccionó a niveles muy altos, de maestría y excelencia, y a pesar de ello, una de las cosas que más impresionaba a quien le conociera, era su «humildad»…

Todo esto ocurría durante la década de los Setenta y como dije anteriormente, la Kenshin-Kan obtuvo un gran desarrollo en todas sus filiales. Pero fue sin duda en Chile, donde esta escuela creció mucho más que en otras partes.

La Kenshin-Kan de Chile recibe a su maestro


(Foto tomada en el Aeropuerto de Santiago
a la llegada de Sensei a Chile y firmada por él)

Diez años después de su primera visita, Sensei regresa a Chile. Esta vez casi un centenar de karatekas lo van a recibir al Aeropuerto Internacional de Santiago, y un cerrado aplauso le sorprende tras su salida de aduanas…

Sensei viaja entonces por todo el país, enseñando y conociendo a sus alumnos…

En una ocasión, Sensei contó cómo en Japón estudiando los nombres de los países sudamericanos, para decidir dónde radicarse en Sudamérica, cometió un error fortuito. Analizó “Chili”, que era la forma en que escribían el nombre de nuestro país en los mapas extranjeros. Así escogió Brasil para radicarse, junto a la colonia japonesa residente. Dijo entonces que si hubiera conocido el nombre correcto de Chile (no Chili) habría escogido venir a vivir a Chile y no a Brasil.

En otra ocasión tras una presentación en su honor, llevada a efecto por la “Rama de Karate-Do del Departamento de Educación Física, Deportes y Recreación de la Universidad de Chile” en Santiago, a cargo del profesor Francisco Kamann, el maestro Akamine agregó:

“…En Chile “veo” el mismo Espíritu Samurai que he visto años antes sólo en Japón”.

Antes de volver a Brasil, lleno del cariño y la admiración de cientos de alumnos chilenos, reconoce a Sensei Roberto Fernández de la Reguera como 6to Dan de su nueva escuela y afirma que…

«Chile es el centro desde donde su escuela deberá nacer al mundo.»

Poco después, en la ciudad brasileña de San Pablo, Sensei Raúl Fernández de la Reguera es también reconocido como 6º Dan.

Durante su permanencia en Chile en 1977, Sensei Akamine conoció y observó a sus alumnos, fijándose especialmente en uno de ellos. Así, a su regreso a Brasil, llama reiterada e insistentemente para que le visite a uno de los más antiguos de su escuela Ken-Shin-Kan en Chile, el 3er Dan Francisco Kamann Campaña. Éste finalmente ante la insistencia del maestro viajó a visitarle a San Pablo y se convirtió, a instancias del maestro a partir de entonces, en su alumno personal. El profesor Francisco entonces siguiendo las indicaciones de su maestro Akamine se recoge en una práctica privada con un grupo muy reducido y privado de alumnos. Estos fueron los inicios de la actual «Escuela Autónoma Francisco Kamann».

Con el tiempo la relación de maestro-discípulo se fue afianzando y enraizando profundamente con cada viaje que, en forma periódica, debía realizar Sensei Francisco a estudiar con el maestro Akamine. Esta duraría por mas de quince años, de manera ininterrumpida y hasta el lamentable fallecimiento de Sensei Akamine. A fines de la década de los 80 Sensei Francisco recibe el 5º Dan.

Quiebre al interior de la escuela

A comienzos de los años ochenta, Sensei sufrió la primera de una serie de seis hemiplejías. Por esta razón, debió retirarse de la práctica activa del Karate-Do para concentrarse en su recuperación.

Algunos años después, a mediados de la década de los ochenta las filiales de su escuela en Brasil, Uruguay y Chile, «simultánea e inexplicablemente» comenzaron a desintegrarse…

Se generó entonces un ambiente de desunión y rivalidades entre miembros de la escuela, algunos de ellos actuando de manera muy poco digna. Entonces Sensei viendo estas rivalidades y conductas inapropiadas rompe definitivamente relación con algunos alumnos, cierra escuelas y se retira de la vida pública manteniendo hasta su muerte la relación maestro-discípulo de manera muy privada solo con un grupo muy reducido de cercanos y fieles alumnos.

Viendo el maestro Akamine la preocupación de sus seres queridos con esta situación y ante la solicitud de su familia y cercanos de hacer publicas declaraciones al respecto, les reafirma su filosofía de vida y su sabiduría, reaccionando como un sabio maestro, permanece quieto y dice… :

«Yo no haré nada más, la vida misma se encargará de restituir el orden de las cosas y dará a cada quien lo que le corresponde y de acuerdo a sus actos…»

Mas tarde, por desgracia su salud se vuelve a resentir por nuevas hemiplejías. Los médicos que le cuidan se admiran una y otra vez, porque a pesar de la gravedad de los ataques que sufre, mantiene una salud muy superior a lo que se podría esperar…

Relataba una muy cercana alumna chilena de Sensei Francisco y del maestro en Brasil, Inelia García, la sorpresa de los facultativos ante el estado que mostraban los exámenes médicos aplicados al maestro y la capacidad vital que se observaba en el mismo, sencillamente no podían creer que pudiera seguir -literalmente- respirando…

El sabio que ayudó a tantos con su salud, también sabía como ayudarse a sí mismo y lo demuestra una y otra vez…

La partida de nuestro Sensei

Finalmente el 18 de Julio de 1995, poco mas de dos meses después de cumplir 75 años de edad Sensei Akamine, abnegado padre y esposo…

…El niño que fue sabiamente preparado por su abuelo para ser un hombre sobresaliente. El discípulo de los creadores del Karate-Do. El sabio sucesor de un misterioso y milenario conocimiento oriental. El hombre envidiado, ignorado y temido por unos… El sabio maestro respetado, admirado y amado por otros, partió a la eternidad…

Sin embargo, aún sí se puede ser su alumno y discípulo…

Quien así lo desee puede seguir siéndolo practicando lo enseñado por él y respetando sus enseñanzas, su recuerdo y sus principios.

Debemos acercarnos a ellos y en profundidad estudiarlos buscando la verdad…

Y permítanme una reflexión final…

«El maestro Akamine decía que junto a nuestro mundo existe otra realidad, que después de esta vida hay otra, con deberes y derechos…»

…Y al respecto dijo mucho más… Sus más cercanos alumnos lo saben…

Sensei Seiichi Yoshitaka Akamine no ha desaparecido, vive en otra esfera del tiempo y el espacio. Y sus enseñanzas han permanecido inspirando guerreros tras su partida a la eternidad…

Y así como antes nos enseñaba a hacerlo con nuestras vidas, hoy, el maestro Akamine en ese mundo sutil pero real, y con la alegría que le conocimos siempre, vuela con su invisible, brillante y afilada Katana espiritual, cortando al viento las mil cabezas del monstruo del ego y de la mentira…

Sensei Akamine, de todo corazón

GRACIAS….

¡QUE DESCANSE EN PAZ!

Álvaro Bustamante Escayol
Profesor Kenshin Ryu – Dojo Sanchin
Santiago de Chile
Enero 2012