Zen

Bodhidarma: Sermón del despertar

Posteado por en junio 15, 2014 en zen | 0 comentarios

Bodhidarma: Sermón del despertar La esencia del Camino es el desapego. Y la meta de aquellos que practican es liberarse de las apariencias. Se dice en los sutras: «El desapego es despertar porque niega las apariencias». La budeidad significa atención sutil. Aquellos mortales cuyas mentes tienen atención natural alcanzan el Camino del despertar y por ello son llamados Buddhas. Se dice en los sutras: «Aquellos que se liberan a sí mismos de toda apariencia son llamados Buddhas». El aspecto de la apariencia como no apariencia no puede apreciarse visualmente sino que únicamente puede conocerse mediante la sabiduría. Cualquiera que escuche y crea esta enseñanza se embarcará en el Gran Vehículo y abandonará los tres reinos. Los tres reinos son codicia, aversión y confusión. Abandonar los tres reinos significa regresar desde la codicia, aversión y la confusión a la moralidad (el camino de la virtud natural sin culpabilidad), Contemplación (con amor benevolente) y la sabiduría (inteligencia natural encontrada en las enseñanzas). Codicia, aversión, y confusión no tienen naturaleza propia (sus aparentes raíces, son las Identidades), son ilusorias y cualquiera capaz de reflexionar verá que la naturaleza de la codicia, aversión y confusión es la naturaleza búdica. Más allá de codicia odio e ignorancia no hay otra naturaleza búdica. Se dice en los sutras: » Los budas sólo se han convertido en budas mientras vivían con los tres venenos y alimentándose del Dharma puro». Los tres venenos son codicia, odio e confusión. El Gran Vehículo es el más grande de los vehículos. Es el transporte de los bodhisattvas, que lo usan todo sin usarlo y que viajan todo el día sin viajar. Así es el vehículo de los bodhisattvas. Se dice en los sutras: «El no vehículo es el vehículo de los Buddhas». Cualquiera que comprenda que los seis sentidos no son reales, que los cinco agregados son ficciones, que ninguno de ellos puede ser localizado en parte alguna del cuerpo, comprende el lenguaje de los Buddhas. Se dice en los sutras: «La cueva de los cinco agregados es el vestíbulo del Chan. La apertura del ojo de la mente es la puerta del Gran Vehículo». No puede ser más claro. No pensar en nada es Chan. Una vez que se sabe, caminar, estar de pie, sentarse o estirarse, todo lo que se haga, es Chan. Saber que la mente es vacío es ver al Buddha. Los Buddhas de las diez direcciones no tienen mente. Ver la no mente es ver al Buddha. Renunciar a uno mismo sin pesar es la caridad más grande. Trascender movimiento e inmovilidad es la mayor de las meditaciones. Los mortales no dejan de moverse, y los arhats permanecen inmóviles. Pero la más elevada de las meditaciones trasciende tanto la de los mortales como la de los arhats. Aquellos que alcanzan dicha comprensión se liberan a sí mismos de todas las apariencias sin esfuerzo y curan cualquier enfermedad sin tratamiento. Tal es el poder del gran Chan. Usar la mente para buscar la realidad es ignorancia. No usar la mente para buscar la realidad es conocimiento. Liberarse uno mismo de las palabras es liberación. Permanecer sin mácula de polvo de sensación es permanecer en el Dharma. Trascender vida y muerte es abandonar el hogar. No sufrir otra existencia es alcanzar el Camino. No crear ignorancia es...

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Breve introducción a la práctica de la meditación Zen

Posteado por en junio 15, 2014 en zen | 0 comentarios

Breve introducción a la práctica de la meditación Zen La práctica de zazen es la esencia del Budismo Zen. Sin zazen no hay Zen. Zazen es la práctica de Buda, la práctica del Despertar de la conciencia. Gracias a Zazen encontramos una gran libertad interior y una gran energía en nuestra vida. Antes de sentarnos en zazen conviene tener presente algunos aspectos prácticos que nos facilitaran la concentración y la estabilidad. Estas recomendaciones conciernen a la verdadera sala de meditación transmitido por los Maestros Zen. A partir de estos consejos, cada uno debe aplicar los que considere más convenientes para sus circunstancias. El lugar. Para hacer Zazen conviene una habitación silenciosa y, en la medida de lo posible, dedicada únicamente a Zazen. No debe ser demasiado oscura ni demasiado luminosa, ni demasiado cálida ni demasiado fría (Demasiado es el origen de todas las perturbaciones). La simplicidad y la limpieza deben ser protegidas. En un altar situado en el centro, se coloca una imagen de Buda, de un Bodisatva o de un santo. De esta manera, ningún demonio ni ningún espíritu maléfico podrá perturbaras. Quemad incienso, encended una vela y ofreced flores. Los Budas y Bodisatvas que preservan la enseñanza auténtica proyectarán su luz sobre ese lugar y lo protegerán. Si lo hacéis así, ese lugar, por pequeño que sea, se convertirá en un verdadero Dojo, en un lugar de alta dimensión espiritual. ¿Cómo sentarse? Caminamos así hasta llegar a nuestro sitio. Por lo general, en los Dojos Zen tradicionales, cada practicante tiene un lugar determinado. En el se encuentra un zafu (cojín de Zazen) y un zafuton (especie de estera o cojín plano). El zafu es un objeto altamente apreciado y respetado en el Zen. No es un cojín vulgar, sino el asiento del Buda. El origen del zafu se remonta al Buda Shakyamuni. Se cuenta que antes de inmovilizarse en Zazen, el Buda se fabricó un cojín de hierbas secas, con el fin de poder bascular la pelvis hacia adelante y poder apoyar con fuerza las rodillas en el suelo. De esta manera se consigue una postura estable y equilibrada y una curva lumbar justa. El zafu nunca debe ser golpeado con el pie, ni arrojado, ni maltratado. Cuando llegamos delante del zafu saludamos con las palmas de las manos juntas (gassho), manifestando así nuestro respeto hacia el lugar en el que nos convertiremos en Buda y nos situamos delante de nuestro zafu, frente al muro, una vez que hemos bordeado el zafu por la izquierda. Nos sentamos sobre el zafu tranquilamente, sin precipitación y sin dejarnos caer como un peso muerto. Controlamos el movimiento que nos conduce de la posición erguida a la posición sedente. Nos sentamos justo en el centro del zafu, ni demasiado a la izquierda ni demasiado a la derecha, ni demasiado al borde ni demasiado atrás. Para Zazen existen dos posturas posibles: loto y medio loto. Dogen Zenji escribe en el Fukanzazengi: «Para la postura de loto poned primero vuestro pie izquierdo sobre el muslo derecho y el pie derecho sobre el muslo izquierdo. Para la postura de medio loto, contentaros con presionar vuestro pie izquierdo contra el muslo derecho. A parte de estas dos posiciones; son válidas para Zazen, la postura llamada Seiza, que es un sentarse sobre los talones, con apoyo...

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Fe en la Mente – Hsin-hsin-ming

Posteado por en junio 15, 2014 en zen | 0 comentarios

Fe en la Mente – Hsin-hsin-ming Gatha de Seng -Ts’an (tercer patriarca Chan) (Edición Revisada por Yao Feng) No es difícil descubrir tu Mente Búdica Pero no trates de buscarla. Cesa de aceptar y rehusar los posibles lugares Donde pienses que puedas encontrarla Y aparecerá ante ti. ¡Ponte sobre aviso! La más leve preocupación de preferencia Abrirá un abismo tan grande y profundo Como el espacio entre el cielo y la tierra. Si quieres encontrar tu Mente Búdica No albergues opiniones acerca de nada. Las opiniones dan lugar al argumento Y la contienda es una enfermedad de la mente. Sumérgete en las profundidades. La quietud es profunda. No hay nada profundo en las aguas superficiales. La Mente Búdica es perfecta e incluye el universo. No carece de nada y nada tiene en exceso. Si piensas que puedes escoger entre sus partes Perderás su esencia fundamental y extraordinaria. No te afierres a lo externo; las cosas opuestas, Las cosas que existen como relativas. Acéptalas todas imparcialmente Y no tendrás que perder tiempo en decisiones inútiles. Juicios y discriminaciones bloquean el flujo Y suscitan las pasiones. Agitan la mente que necesita paz y tranquilidad. Si vas de esto a aquello, o de aquí para allá, O hacia cualquiera de los incontables opuestos, Perderás de vista el todo, el Uno. Siguiendo un opuesto serás guiado fuera de curso, Fuera del centro armonioso que está en equilibrio. ¿Cómo puedes esperar ganar el Uno? Decidir lo qué es, es determinar lo que no es. Pero determinar lo que no es, puede ocuparte tanto, Que llegará a ser lo que es. Mientras más hables y pienses, más te alejarás. Cesa de hablar y pensar y lo encontrarás en todas partes. Si dejas que todas las cosas regresen a su curso, eso está bien, Pero si dejas de pensar que esa es tu meta Y que de eso depende el triunfo, Y luchas y luchas en lugar de simplemente dejar pasar, No estarás practicando Zen. En el momento que comienzas a discriminar y preferir Pierdes la señal en el camino. Buscar lo real es una indagación falsa Que también debe ser abandonada. Simplemente deja pasar. Cesa de buscar y escoger, Las decisiones hacen surgir confusiones Y en la confusión, ¿a dónde irá la mente? Todos los pares de opuestos surgen de la Única y Suprema Mente Búdica. Acepta los opuestos con una gentil resignación. La Mente Búdica permanece en calma y en quietud, Mantén tu mente en su interior y nada podrá perturbarte. Lo ofensivo y lo dañino cesarán de existir. Los sujetos cuando se separan de sus objetos se desvanecen Indisputablemente como los objetos Cuando se separan de sus sujetos, se desvanecen también. Cada uno depende de la existencia del otro. Entiende esta dualidad y verás Que ambos surgen del Vacío del Absoluto. El Fundamento de todos los Seres contiene todos los opuestos. Del Uno, todas las cosas se originan. Qué perdida de tiempo escoger entre lo vulgar y lo fino. Dado que todas las cosas nacen de la Gran Mente, Abrázalas todas y deja que tus prejuicios mueran. Para realizar la Gran Mente no seas vacilante ni vehemente. Si tratas de cogerla, agarrarás el aire Y caerás en el camino de los herejes. ¿Dónde está el Gran Dao? ¿Puedes tú presentarlo o enseñarlo? ¿Permanecerá...

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En Busca del Toro – Cuento Zen

Posteado por en junio 15, 2014 en zen | 0 comentarios

En Busca del Toro – Cuento Zen Los dibujos que se reproducen aquí representan los pasos que conducen a la iluminación espiritual. Son versiones modernas del pintor Tomikichiro Tokuriki, creadas a partir de dibujos originales del maestro Chino Kukuán, del siglo XII; ellos, a su vez, provienen de anteriores cuentos taoístas. Simbolizan la combinación de lo sagrado y lo profano. El toro representa la naturaleza animal en el ser humano, la cual es una con su naturaleza espiritual. La lucha por armonizar los impulsos o apetitos físicos equivale también a integrar los del espíritu. El aspirante se puede valer de estas imágenes para evaluar su adelanto o descubrir en qué etapa del sendero espiritual se encuentra.   Primera imagen: La búsqueda del toro Representa la etapa en la que el hombre aún no conoce su verdadera naturaleza, pero de algún modo ya ha iniciado su búsqueda. En esta etapa desea encontrarla aunque ni siquiera sabe qué es ni tampoco está seguro de reconocerla cuando la encuentre. Otras veces experimenta la búsqueda de algo, con tal de escaparse de las circunstancias actuales que, por lo general, no son placenteras. La vida tal cual es, resulta una carga pesada y – él o ella piensa – seguramente habrá una forma mejor de vivir. La mayoría de los que han iniciado la «búsqueda» están en esta etapa.       Segunda imagen: Encontrar la senda En esta etapa el buscador descubre indicios y pistas en una o más tradiciones espirituales, es atraído por la lectura de libros de sabiduría, asiste a conferencias sobre el tema, conoce maestros y se da cuenta de que otros han recorrido el mismo camino, él no es la primera persona en darse cuenta que hay algo inefable por alcanzar. Esta etapa, por lo general, empieza con la práctica de ejercicios de yoga, meditación u otras disciplinas. A través de ellas experimenta sensaciones asociadas con el espíritu. En la primera imagen el campesino busca por todos lados, sin orden alguno, mientras que en la segunda ya es una búsqueda más enfocada y dirigida.         Tercera imagen: El primer vislumbre Esta viene a ser la primera experiencia espiritual, mediante la cual el aspirante llega a ver su propio yo y a sentir como la energía se despierta en él. Equivale al primer contacto con el maestro que lo inicia o le transmite la energía. Esta es tanto energía física como espiritual. El objetivo del buscador va a consistir en elevar esta energía hacia la conciencia más que en reprimirla o vencer lo animal en él. El primer vislumbre también puede provenir de experiencias religiosas en la forma de visiones celestiales. En resumen, el primer vislumbre, es cualquier clase de visión o experiencia inusual que motive al individuo a recorrer el sendero hacia lo superior.       Cuarta imagen: Capturar el toro El campesino toma la rienda pero el animal es testarudo y no lo sigue. Por fin lo ha atrapado, pero aún es obstinado y sin freno. Su voluntad y energía son inagotables, ora embiste hacia la alta meseta ora se queda plantado en alguna hondonada impenetrable. Simboliza la lucha contra nuestros instintos animales, la cual puede durar toda la vida. En esta etapa uno debe evaluar si está avanzando y tiene mayor comprensión o...

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Enseñanzas de Roshi Ryu Nan

Posteado por en junio 15, 2014 en zen | 0 comentarios

Enseñanzas de Roshi Ryu Nan Dar Nuestro nacimiento en este mundo se debe, sin dudas, al dar de la madre. Eso se llama amor, puesto que el amor no es otra cosa que dar. Dar es darse completamente sin esperar respuesta ni retribución. El bebé lo sabe. Pero muy rápidamente nuestra frágil conciencia se va envolviendo en el caparazón del ego y se acostumbra sólo a pedir. Así comienza nuestro sufrimiento puesto que el egoísmo pide y pide y nunca está completamente satisfecho. Por lo general, nuestro dar es condicionado. Un especie de trueque. Tanto me das, tanto te doy. Eso está bien para el comercio, pero con la vida no funciona y al final siempre se termina perdiendo. Cuando se hace contabilidad con los afectos, el saldo es siempre negativo. En El Principito, Saint Exupery escribió: «Los hombres compran cosas hechas a los mercaderes, pero como no hay mercaderes de amigos los hombres se han quedado solos». El verdadero amor no tiene límites. Y como no tiene límite, todo lo que des te será devuelto. «Siembra viento y cosecharás tempestades». Siembra aunque sea una mirada de afecto, un gesto cariñoso, y recibirás todo el amor del universo. Nuestro primer acto en esta vida fue una inspiración. El aire estaba ahí, esperándote, y llenó tus pulmones. Pero para continuar vivo tuviste que expirar. Recuérdalo. Dar es la clave. Sin dar no hay recibir. Y cuanto más se da más se recibe. Esta es una ley cósmica, universal. Si se comprende esta ley, si se la pone en práctica, nuestra vida cambia sustancialmente. Tal vez al principio te cueste, por que piensas que si lo das todo te quedarás vacío. No tengas miedo. No es así, porque todo lo que das siempre vuelve a ti multiplicado. Inténtalo. Compasión Compasión es con – pasión. La pasión es uno de los grandes temas del ser humano. Es el motor que mueve al mundo. Une a los amantes y promueve las bellas artes. Pero también genera guerras y luchas por el poder. Nace de las entrañas. Es el amor hecho cuerpo. El apasionado se entrega de cuerpo entero a aquello que ama y pone en ello toda su energía. Pero este sentimiento va generalmente acompañado de envidia, ansiedad, angustia, temor. Para el común de las personas, la pasión está siempre relacionada con el sexo, con los celos, las intrigas y las lágrimas. Con la emoción desbordada y el sentimentalismo. Esa es la pasión que conocemos. Cuando el amante dice: «Te amo más que a nada en el mundo», lo que en realidad está diciendo es: «No debes mirar a ningún otro más que a mí». Mal que nos pese, nuestras grandes pasiones son puro egoísmo. Son, en verdad, pequeñas mezquindades que se refieren siempre a nosotros mismos. Es por eso que nunca alcanzamos la verdadera felicidad. Es natural que los niños sean egoístas. Ellos están formándose una personalidad, un ego. Pero en algún momento -si queremos crecer y madurar- debemos dar el salto, invertir la polaridad. El amor infantil de la envidia, los celos y el miedo, es la energía dirigida hacia un centro. Hacia un ego que pide, pide y pide y nunca está satisfecho. Si se comprende esto cabalmente, la madurez aparece. De ese modo la pasión, que antes era pequeña...

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Psicoanálisis, Matemáticas y Zen

Posteado por en junio 15, 2014 en zen | 0 comentarios

Psicoanálisis, Matemáticas y Zen Intersecciones Que el universo del discurso sea inconsistente, que algo del discurso no halle en él su curso, es decir, que la vía del significante no pueda responder por el Todo, no es algo que a los analistas pueda dejarnos indiferentes, en la medida que, si bien el inconsciente posee una dimensión que es la de un saber articulado, como discurso del Otro, esa dimensión conlleva un límite, cuyo abordaje diferencia radicalmente la práctica psicoanalítica de cualquier otra. Tomaré una doble vertiente de referencia para abordar la noción del «no -Todo» en el psicoanálisis tal como la decanta Lacan, pero que una atenta lectura de Freud no nos impediría hallarla en su obra. Tomar las relaciones del sujeto con el saber y la verdad por el sesgo de las religiones y de la ciencia moderna no es mera analogía intelectualista, mucho menos cuando sabemos del esfuerzo de Freud al trazar las coordenadas de la religión Judeo-cristiana, que no tenía otro sentido que hacer aparecer en ellas los mecanismos conocidos de la neurosis obsesiva. Tampoco es de poca monta que Lacan hay promovido al sujeto de la ciencia como el sujeto implicado en la praxis psicoanalística misma (1). ¿Qué puede decirnos el budismo acerca de las relaciones de su sujeto con la verdad? En principio, y para no forzar relaciones, dejemos sentado que Buda no es Dios, lo que equivale a decir que el mito freudiano del padre no halla su operancia en los sujetos cuyo Otro (A) implica al primero. O sea, el universo simbólico que configura a la cultura oriental no es el mismo que el nuestro, sujeto a la arcilla occidental judeo-cristiana, lo cual dicho sea de paso, hace improbable, y tal vez impensable, al psicoanálisis en Oriente. Pero comunicadas ambas religiones por el rasgo común que Lacan aisla en todo sentido religioso (2), la reflexión sobre el budismo se nos autoriza por lo que de agujero, pérdida o falta haya en él. Leemos en Douglas Hofstadter al tratar el budismo que «la postura del Zen es que las palabras y la verdad son incompatibles o que, al menos no hay palabras que puedan capturar la verdad «(3). Se nos dice que la meta de esta religión es la iluminación, la cual consiste en trascender el dualismo, es decir la división conceptual del mundo en categorías. Pero la esencia del dualismo se halla en la palabra, ya que cada palabra representa una categoría conceptual. Pugnará la filosofía Zen, por tanto, de librarse del dualismo (sin que sea del todo erróneo atribuirle a éste el color de la dimensión imaginaria) de las palabras, mas propias al engaño que al revelación última. «Las palabras -continúa Hofstadter- conducen a cierta verdad (y a cierta falsedad quizá también), pero de ningún modo a TODA la Verdad. Confiarse en las palabras para alcanzar la verdad es como confiar en un sistema formal incompleto para alcanzar el mismo fin» (3). La pregunta casi forzosa sería: ¿Y en qué otra cosa, entonces, podrán confiar los adeptos al Zen, fuera de las palabras? La respuesta a este dilema, en boca del monje Zen Mumon, no es menos inquietante:»no puede ser expresado con palabras y no puede ser expresado sin palabras”. Se puede concluir por lo tanto, que el Zen reconoce sus...

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La Soberbia

Posteado por en junio 15, 2014 en zen | 0 comentarios

La soberbia necesita adornos. Como es bien sabido, la soberbia es uno de los siete pecados capitales. Pero antes que pecado, yo diría que es un enorme desperdicio de energía tratando de aparentar aquello que en verdad uno no es. Un soberbio es un ego inflado. Cuanto más pequeño, más energía hay que insuflarle. Pero, como todo aquello que se infla, siempre tiende a desinflarse. Entonces el pobre ego anda todo el tiempo atareado, tratando de sostener la presión para mantener su imagen. Necesita cosas con las cuales adornarse y necesita –sobre todo- de los otros. Oyentes, escuchas. Súbditos. Necesita de un público. Alguien a quienes mostrarle lo grande que es, lo importante, lo rico o lo inteligente que es. Hombre o mujer, viene en todos los tipos y colores. Y los adornos que utiliza para sostener su orgullo son de lo más variados. Desde su flequillo a su auto. Desde su colección de revistas antiguas a sus habilidades culinarias. Todo puede ser. No importa tanto la cosa en sí como su forma de presentarlo. Incluso la modestia –que es su opuesto- puede ser un adorno. “Ojo que, si me lo propongo, puedo ser el más modesto de todos.” La soberbia agranda, magnifica, destaca. Necesita de un pedestal, o por lo menos de tacos altos. Y allí abajo… los súbditos, los comunes, los inferiores. Porque una de las formas de la soberbia consiste en achicar a los otros para agrandarse uno o, lo que sería lo mismo, brindarles a “esos pobres” su mirada magnánima. Lo que los soberbios no saben –o tal vez si y por eso están siempre a la defensiva- es que es muy fácil desarmarlos. Es suficiente con encontrar cuál es el motivo de su orgullo y agrandarlo. Halagarlos, mostrándoles lo magnífico que él o ella son. Por más soberbia que sea una persona, si se insiste suficientemente sobre ese punto, termina desarmándose. La soberbia necesita de los halagos. Y cuando no los tiene se enoja: “¡Usted no sabe con quién está hablando!” Pero si se los aumenta, entonces se inflan a más no poder, hasta que en algún momento terminan estallando y se transforman en los pequeños seres que verdaderamente son. De algún modo, la soberbia es semejante a la comida chatarra: engorda, pero no alimenta. El ego se expande y engorda, pero en lo íntimo uno permanece flaquito y esmirriado. Es triste. No vale la pena tanto trabajo, tanta energía inútil para defender aquello que no puede ser defendido. Que más tarde o más temprano terminará por deshacerse. En el fondo, los soberbios despiertan compasión. A pesar de sus esfuerzos y despliegues teatrales se los ve pequeñitos, frágiles y sufrientes, encerrados en su gran globo de magnificencia. En este mundo impermanente, los hombres vamos y venimos. Somos como esos hongos que nacen en la noche y a la mañana siguiente desaparecen. El maestro Dogen escribió: “Es deplorable fatigar para nada un cuerpo humano durante toda una vida”. Nos creemos importantes, pero un buen día nos tocan en el hombro y nos dicen: “Señor, se acabó, llegamos a la Terminal.” Eihei Dogen: Monje budista nacido en Japón, (1200-1253). El Miedo El miedo tiene muchos rostros, pero su verdadero rostro nadie lo conoce. Puede esconderse detrás de una sonrisa o debajo de la cama. Aparecer de...

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Sutra del Corazón

Posteado por en junio 15, 2014 en zen | 0 comentarios

Sutra del Corazón 摩訶般波羅蜜多心経 Ma-ka-han-nya-ha-ra-mi-ta-shin-gyou El Sutra del gran Corazón de sabiduría 観自在菩薩行深般波羅蜜多時 Kan-ji-zai-bo-satsu-gyou-jin-han-nya-ha-ra-mi-ta-ji Avalokiteshvara Bodhisattva mientras practicaba profundamente Prajna Paramita 照見五薀皆空度一切苦厄 Shou-ken-go-un-kai-kuu-do-is-sai-ku-yaku Percibió que los cinco Skandkhas estaban vacíos y fue salvado del sufrimiento 舍利子色不異空 Sha-ri-shi-shiki-fu-i-kuu Shariputra, la forma no es diferente del vació 空不異色 Kuu-fu-i-shiki El vació no es diferente de la forma 色即是空 Shiki-soku-ze-kuu Por eso la forma es el vació 空即是色 Kuu-soku-ze-shiki Por eso el vacío es la forma 受想行識 亦復如是 Juu-sou-gyou-shiki-yaku-bu-nyo-ze Sentimientos, percepciones, impulsos, conciencia, lo mismo es verdad para estos 舍利子是諸法空相 Sha-ri-shi-ze-sho-hou-kuu-sou Shariputra, todos los dharmas están marcados con el vació 不生不滅 Fu-shou-fu-metsu No se aparecen ni desaparecen 垢不浄 Fu-ku-fu-jou No están sucios ni puros 増不減 Fu-zou-fu-gen No aumentan ni disminuyen 是故空中無色 Ze-ko-kuu-chuu-mu-shiki Por esto en el vacío no hay forma 受想行識 Mu-juu-sou-gyou-shiki ni sentimientos, percepciones, impulsos, conciencia 無眼耳鼻舌身意 Mu-gen-ni-bi-zetsu-shin-i No hay ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo, mente 無色声香味触法 Mu-shiki-shou-kou-mi-soku-hou no hay color, sonido, sabor, tacto, objeto de mente 無限界乃至無意識界 Mu-gen-kai-nai-shi-mu-i-shiki-kai no reino de los ojos y asi hasta que no hay reino de mente conciente 明亦無無明尽 Mu-mu-myou-yaku-mu-mu-myou-jin no hay ignorancia ni extinción de la ignorancia 乃至無老死亦無老死尽 Nai-shi-mu-rou-shi-yaku-mu-rou-shi-jin Y asi hasta que no haya vejes ni muerte ni extinción de la vejes y la muerte 無苦集滅道 Mu-ku-shuu-metsu-dou no hay sufrimiento, origen, detención, muerte 無智亦無得 Mu-chi-yaku-mu-toku No cognición ni logro 以無所得故 I-mu-sho-tok-ko Nada que alcanzar 菩提薩埵依般若波羅蜜多故 Bo-dai-sat-ta-e-han-nya-ha-ra-mi-ta-ko El Bodhisattva depende del Prajna Paramita 心無罣礙 Shin-mu-ke-ge Y en su mente no hay preocupación 無罣礙故無有恐怖 Mu-ke-ge-ko-mu-u-ku-fu Y sin preocupación el miedo no existe 遠離一切顛倒無想 on-ri-is-sai-ten-dou-mu-sou Lejos de toda mirada invertida 究竟涅槃 Ku-kyou-ne-han El alcanza el Nirvana 三世諸仏 San-ze-shou-butsu Todos los Budhas en los tres mundos 依般若波羅蜜多故 E-han-nya-ha-ra-mi-ta-ko Dependen del Prajna Paramita 得阿耨多羅三藐三菩提 Toku-a-noku-ta-ra-san-myaku-san-bo-dai Y logran la iluminación verdadera 故知般若波羅蜜多 Ko-chi-han-nya-ha-ra-mi-ta Por esto, conoce el Prajna Paramita 是大神呪 Ze-dai-jin-shu Es el gran mantram trascendente 是大明呪 Ze-dai-myou-shu El gran mantram brillante 是無上呪 Ze-mu-jou-shu El más grande mantram 是無等等呪 Ze-mu-tou-dou-shu El mantram supremo 能\u-27036 除一切苦真実不嘘 Nou-jo-is-sai-shin-jitu-fu-ko Que es capaz de aliviar el sufrimiento y es verdadero y no falso 故説般若波羅蜜多呪 Ko-setu-han-nya-ha-ra-mi-ta-shu Proclama el mantram Prajna Paramita 即説呪曰 Soku-setsu-shu-watsu Proclama el mantram que dice 揭諦揭諦波羅揭諦 Gya-te-gya-te-ha-ra-gya-te Se fue, se fue, se fue más allá 波羅僧揭諦菩提薩婆訶 Ha-ra-sou-gya-te-bo-ji-so-wa-ka Se fue, trascendiéndolo por completo ¡Oh! ¡Qué despertar! ¡Aleluya! 般波心経 Han-nya-shin-gyou Esto completa el corazón de la perfecta...

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Maestro Deshimaru: ¿Qué es Mushin?

Posteado por en junio 15, 2014 en zen | 0 comentarios

Pregunta… ¿Qué es mushin? Mushin quiere decir no-pensamiento. El profesor Suzuki ha escrito mucho sobre mushin. Mushin quiere decir «no-pensamiento», «inconscientemente», «pensar sin pensar», «no pensar». Es la esencia del Zen. Durante la vida cotidiana, si hacéis o queréis algo conscientemente no sois mushin. Si lo hacéis con el pensamiento, no es Zen. Esta es la razón por la que el entrenamiento y la práctica con los músculos y con el cuerpo es tan importante. También para hablar es importante. La mayoría de las personas hablan después de que el cerebro haya dado la orden. Si sois mushin o hishiryo, podréis hacerlo inconscientemente, sin pensamiento. Por ejemplo, un profesor debe pensar antes de responder cuando le hacéis una pregunta. Pero el monje Zen responde sin pensar, inconscientemente. Por eso el mondo Zen es tan importante. Yo pienso, desde luego, en vuestra pregunta, pero respondo inconscientemente. Esto no es posible en la educación moderna, por eso la educación Zen es tan importante. Lo mismo sucede con la acción. Primero piensa el cerebro, después se actúa. Esto no es mushin. Mushin quiere decir que es el cuerpo el que piensa. Si comprendéis esto podréis comprender el Zen. La mayoría de las historias Zen tratan de mushin. La sabiduría no es lo mismo que el conocimiento intelectual. En la vida cotidiana la mayoría de las personas, cuando conversan responden después de pensar. Las personas verdaderamente inteligentes utitilizan la sabiduría y no piensan. Hablan y responden por intuición. El conocimiento no es lo mismo que la sabiduría. Gracias al zazen se puede comprender cómo hablar inconscientemente. Nuestro cerebro superficial descansa durante el zazen y nuestro cerebro interno se desarrolla y capta la actividad. En el mondo, mis respuestas surgen del cerebro interno. La actividad proviene del cerebro interior. Mi cerebro interno os responde inconscientemente, mushin. Un mondo Zen no es lo mismo que un examen oral en la universidad. Hablar con conocimientos no es hablar con sabiduría. Si practicáis el zazen durante toda vuestra vida, al final podréis obtener esta sabiduría inconscientemente. Sabiduría, no saber. Por ejemplo, cuando voy a dar una conferencia debo preparar lo que quiero decir. Primero un poco de saber… y un poco de sabiduría. Pero desde el momento en que me encuentro frente a la sala, comienzo a hablar inconscientemente y casi nunca sigo lo que he preparado. Miro las caras y veo si tengo que cambiar la conferencia. En ese momento ya no hay ningún plan, todo surge del inconsciente e impresiona a los demás. Esto es teisho. La filosofía del budismo y del Zen no son solamente datos de conocimiento. Con las artes marciales pasa lo mismo. ¿Cómo debo actuar? Si reflexiono sobre cada gesto, la acción eficaz es imposible. Por eso es necesario ser mushin, porque el cuerpo debe actuar sin pensar. Esta es la razón por la que la práctica del zazen es tan útil para las artes marciales. Si se reflexiona demasiado, el adversario será más rápido. Maestro Deshimaru Texto extraido de la pagina Zen del linaje del maestro Taisen Deshimaru....

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