La afilada y liberadora sabiduría de Rinzai

Posted by on mayo 29, 2014

(Maestro Zen, creador en Japón de la escuela Rinzai. Siglo IX)

No tengo ninguna enseñanza.
Todo lo que puedo hacer por ustedes es curar sus enfermedades y liberar sus mentes de las cadenas que las atan.

No se aferren a mis palabras.
Dejen mas bien de pensar y tratar de encontrar respuestas. ¡Y háganlo ahora!
Si ustedes comprenden, no temerán ni el nacimiento ni la muerte. Serán libres de quedarse o de irse.
No busquen la condición de Buda, pues vendrá a ustedes cuando menos lo esperen.

No se dejen engañar por otros.
Tengan fe en sí mismos. Eso es todo lo que hace falta.
Si les falta fe en sí mismos, se aferrarán a las cosas externas y perderán la libertad.
Ustedes no tienen fe en sí mismos, de modo que buscan algo que está afuera.
Aun cuando triunfen, solo tendrán nombres y palabras. No tendrán el principio vivo.

¿Hay algo que falta en toda la variedad de nuestra actividad diaria?
Todo está allí y quien sea capaz de percibirlo, puede vivir sin preocupaciones.
No busquen nada que venga de afuera. Entonces serán Budas.
¡Los eruditos y los Sutras! ¡Escupo sobre ellos! Ustedes sólo tienen que saber que dondequiera que estén, se encuentran en el camino a su propio hogar.
Sólo porque nuestra sabiduría está tapada por nuestros sentimientos y nuestra sustancia suplantada por nuestros pensamientos, es que aguantamos el sufrimiento.

Les digo que no hay nada que no sea importante, ni un ser viviente que no pueda ser liberado.
Cuando lleguen a ver las cosas como yo las veo, podrán sentarse sobre las cabezas de los Budas.
La esperanza de iluminación es como un yugo sobre sus pescuezos. La condición de Buda es la roña de la letrina.
Bodhidarma y Nirvana son postes de parada para burros. Olviden todo eso.
No se preocupen. Tomen las cosas como vienen. Caminen cuando quieran caminar.
Siéntense cuando quieran sentarse.
Si buscan a Buda, éste se convertirá en un simple nombre.

El tiempo es precioso.
No imiten a aquellos estudiosos que aprenden nombres y sentencias de Zen.
Sean sencillos. Arrojen a un lado las costumbres y hábitos.
Sin fe en sí mismos reconocerán sólo nombres y palabras.
¡ Idiotas ! Tratan de encontrar en los libros,
lo que quieren sus engañadas mentes.

No aprecien ni lo sagrado ni lo secular.
No practiquen ni luchen. Sean sencillos y desinteresados en todas sus acciones,
ya se trate de vestir ropas, comer, defecar u orinar.
Los que luchan por el éxito son unos estúpidos.
Hoy en día los estudiantes de Zen son como cabras.
Comen cualquier cosa, llegando a ingerir basura como alimento. ! Ciegos idiotas !

La duda es un demonio.
Un Buda sabe que nada ha sido creado, que no hay nada que perder ni que ganar, nada de que darse cuenta. No hay nada de que maravillarse.
Pero como ustedes no creen en eso, todos sus pensamientos, están lanzados a la persecución de cosas externas.
Es igual a un hombre que rechaza su propia cabeza para buscar otra.
Lo real está al alcance de la mano, y no espera a que llegue el momento oportuno.
No hay enseñanza fija. Todo lo que yo puedo proporcionar es una medicina apropiada para una determinada enfermedad.

No se vuelvan hacia los maestros de la antigüedad pensando: Allí está la verdad. Son muletas para idiotas.
La condición de Buda viene de liberarse de la dependencia. Pero en sí misma no es una ganancia.
El que no sabe esto se ve acosado por doctrinas que sólo sirven para cegarlo.
Si ustedes quieren ser independientes, libres desde el nacimiento hasta la muerte, reconózcase a sí mismos.
La persona iluminada le da la espalda a las escrituras. No son otra cosa que pasos para llegar a la iluminación.

El tiempo es precioso.
No hay permanencia en un instante. (El cambio es incesante).
Si ustedes hacen nacer un pensamiento de amor, se ahogarán.
Si hacen nacer un pensamiento de ira, se quemarán.
Si hacen nacer un pensamiento de duda, se atarán.
Si hacen nacer un pensamiento de alegría, serán destrozado por el viento.

Nada es objetable.
Si ustedes desprecian lo secular y valoran lo sagrado, estarán sometidos a lo secular y a lo sagrado.
Los que siguen el sendero no se equivocan.
Nada tiene una naturaleza propia (una esencia), aunque los nombres nos engañan en cuanto a esto.

¿Qué buscan?
Hasta las enseñanzas más grandes no son más que papel de desecho, que es bueno para limpiar lo sucio.
Todo anhelo produce sufrimiento.
¿Por qué toman al Buda como la cosa ultérrima? ¿No murió él también?
¿En qué me diferencio yo de él?

Seguir a otros y triunfar en enseñanza libresca lo sujetara con cadenas.
Es muchísimo mejor olvidar las grandes cuestiones y retirarse a algún lugar tranquilo a meditar.
¡ Pero eso lleva trabajo !

¿De qué hay que dudar?
Dejen pasar las cosas. No busquen ni huyan.
No se equivoquen, no hay nada que encontrar por fuera ni por dentro.
Y no se cuelguen de mis palabras. Sigan su camino con calma y con mente vacía.
Basta con ser tranquilo y común, vistiendo sus ropas y comiendo su arroz.
Todas sus aflicciones se originan en la mente.
¿Por qué buscar en alguna otra parte liberarse de ellas?

Si conocen a un Buda ¡derríbenlo!
Si se encuentran con un patriarca ¡derríbenlo!
¿Sus padres? ¡derríbenlos!
¿Sus parientes? ¡derríbenlos!
Solo así se verán liberados.
Libres de cosas externas,
serán desapegados e independientes.

Confíen en sí mismos.

Observen en sí mismos lo que ya hay allí.

Adiós.

Fuente: Rinzai Record
Ch’an and Zen Teaching
Recopilado para Kenshin Ryu Dojo Sanchin – Junio 2013
Santiago de Chile.
Profesor Alvaro.

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